lunes, 29 de octubre de 2012


A mi también me arrastró el viento, 
el sol ahora me quema, 
de vez en cuando nieva y eso hiela...
 La lluvia y el rocío también rozan mi piel...

 No pretendan encontrarme allá, estática y siempre igual,
 quizás a ese punto no vuelva más, 
o al menos ya no en su totalidad...




lunes, 9 de julio de 2012



Siempre espero encontrar las cosas en el mismo lugar y tal cual las dejé. Como si acaso no existiera el viento que las arrastrara, como si acaso el sol no quemara, la nieve no helara, y la lluvia y el rocío no las mojara. El reencuentro es raro otra vez. El exterior todo lo transforma, mientras yo sólo contemplo a la distancia, y no capto los detalles.





sábado, 30 de junio de 2012


Hay algo que no está bien, y quizás eso sea
yo.

Quiero dejar de ser un signo de pregunta.



viernes, 18 de mayo de 2012


Bien... ¿y ahora...qué? ¿Doy un paso más? ¿Espero otro poco? ¿Hice bien en decir/hacer esto? ¿Qué debería hacer? ¿Qué haría otro en mi lugar? ¿Qué hago ahora? ¿Qué quiero ahora? ¿Qué quieren los demás? ¿Qué pensarán si...? ¿Qué pasaría si...? ¿Que hubiera pasado si...? etc, etc...
Algo así pasa todo el tiempo en mi cabeza... Cuestionando todo, dudando de todo. Y por ende, también, haciendo muy poco.

Es por eso que a veces pienso que mi mente es mi peor enemiga...

Pero tal vez sea una conclusión muy apresurada. Ya que, pensándolo bien, hay un rival que le da mucha batalla en esta disputa, o tal vez trabajen juntos en este objetivo que parece ser boicotear mis acciones... Y ese “rival-aliado” es el TIEMPO.

Sí, ese tiempo que se hace manifiesto en relojes y calendarios... Ese tiempo que se encarga de organizar tu vida con números, dividiéndolas en años, días, meses, horas, minutos, etc, etc...
Ese tiempo que de una u otra manera te limita. No te deja ser libre. ¿O acaso nunca te dijeron que “llegaste tarde”, que “es temprano”... O que sos chico para tal cosa, o que estás viejo para tal otra?
El tiempo está siempre presente en todo momento de nuestras vidas, y todo está ordenado, centrado en torno a ese eje. Horarios de estudio, horarios de trabajo, de encuentros, de comidas, plazos, períodos, vencimientos... y podría pasarme toda la madrugada enumerando cosas como éstas.

Pero además de ordenar nuestras rutinas, que a veces tanto nos fastidian, o quizá ya estemos acostumbrados, también influye en todo lo demás. El tiempo parece juzgarlo todo. Seguramente habrás sentido muchas veces que el tiempo se lleva muchas cosas, que nada es eterno, que las cosas cambian, que a veces no haber hecho algo en un “cierto tiempo” te imposibilita otras cosas después, al igual que las acciones “apresuradas” y tantas infinidades más. Parecería que hay un “tiempo estipulado” para todo. Y creo que no debería ser tan así, lo que sí sé es que sea como sea no se puede parar el tiempo y mucho menos hacerlo retroceder. El tiempo que se perdió, se perdió. Lo que se hizo, hecho está. 

Pero aún conciente de todo esto, incontables veces me detuve a pensar en el pasar del tiempo, y sin embargo, ahí sigo, inmovilizada, mirando correr al reloj...

Quizás no soporte que le ponga ese límite a mi “libertad”, tal vez no soporte saber que es algo cuyo control esté fuera de mi alcance, quizás me enoje que el control esté en algo externo, medido, y tan “perfecto”, tal vez quiera romper con todos esos esquemas, quizás no soporte cumplir reglas, pero sin embargo, como todos, me someto a ellas. Lo sufro, pero me someto al fin.

Si pudiera tener un tiempo totalmente mío, de seguro sería tan ciclotímico, complejo, desordenado, desprolijo, y heterogéneo como yo.


Si por mí fuera, algunos días tendrían más horas, otros terminarían más temprano. Cosas se darían rápido, otras quizás más lentas. Cosas que duran mucho quizás se volverían efímeras... Y el famoso “lo bueno dura poco” tal vez no se cumpliría...


De todas formas, creo que toda cosa tiene su "lado negro" y su "lado blanco". Y así también, el tiempo debe tener sus cosas buenas.

Por eso aclaro, no es que lo vea todo oscuro, sino que, al menos hoy, mi vista se dirige al medio vaso vacío.


miércoles, 14 de marzo de 2012

Si tan sólo pudiera cambiar algo de mi pasado, 
  quizás ahora,
mi presente no se mostraría tan discordante.

martes, 6 de marzo de 2012

Si esta vez fuera yo quién estuviera por hundirme en el hoyo... 
¿Correrías a ayudarme? ¿Permitirías mi caída? 
¿Te acercarías a contemplar el precipicio conmigo? 

Aunque no lo veas, yo suelo hacerlo...
silenciosamente evalúo tu abismo, 
desde las sombras vigilo que no hagas más que acercarte allí.


 Y si alguna vez te lanzaras al vacío, 
creéme que será inútil...




... yo ya he puesto mi red ahí.



domingo, 4 de marzo de 2012

A veces suelo desaparecer...


 No es que aquel choque me haya hecho mal,

 sino que aún extraviada

decidí volver a acelerar.