Y
si me como la cabeza por las noches, solamente digo: lo hago para
tenerte un rato más conmigo.
Voy
viajando,imaginando, todo lo que voy pensando, mi cabeza vive en
otra realidad;
tu
imagen cruzando mi cuarto, mis ojos que observan tus pasos,
de
pronto por algo que decís, me río y me haces sentir feliz,
pero intento
tomarte en mis brazos y veo que solo estás en mi mente
¡Qué
difícil bajar y poder sonreír! Almohada
que atrapa mis sueños, tu alma que siempre se escapa.
Era
la hora de huir, y se fue sin decir “llámame un día”,
y
no hallé quién de ti me dijera ni media palabra.
Garabatos en mi anotador, recordando el tono de tu voz... La
espera me agotó, no sé nada de vos,
no
tengo noticias tuyas y ya perdí la razón.
Necesito
ver su cara, tanto como ver la lluvia, para apagar el incendio que
quedó.
Pasa
el tiempo y te idealizo más, preguntándome
por qué te escondiste y para dónde irás.
Sé que no he de perdonarte que
no me hayas vuelto a mirar a la cara.
Si
no te siento y me hace mal, es porque soy sensible a la
insensibilidad.
Canciones
tristes, poesía cruel, y ese sentimiento siempre a flor de piel. Como un ciego al fuego quiero ir, y ese fuego ya no es para mí.
Hoy
tanta gente, hoy desconfía de vos, sin embargo, hoy te quiero más;
y ya
no me encuentro preguntándome ¿por qué? Por fin entiendo de una
vez el porque sí; porque te vi, te dejé entrar,
cerré la puerta y
te elegí.
Ojalá
supiese andar más abrigada de tu olvido siempre que te nombran,
ojalá
pueda poner en penitencia mi paciencia para no esperarte.
Sin
embargo puedo ponerme digno y decir
toma mi
dirección, cuando te hartes de amores baratos,
de un rato me llamas.
Pero como un barco sin la vela ni el motor, una hoja en el viento sin
control, vas dejando ir los días sin historia. El tiempo no va a
esperar tu decisión... Y no alcanza la brisa de hoy a empujarte
hasta donde estoy, se precisa más que un huracán, una especie de
gran aluvión.
Un naipe sobre la mesa, me carteo una ilusión, grito "¡truco!" a los recuerdos, "falta envido", y faltás VOS.
Y te tendré que dejar escapar, sé que lo voy a lamentar, pero te digo, amor, que hay que saber cuando parar...
Fuiste mi mejor poesía, fuiste mi mejor canción, si el verbo está en pasado, no fue por mi decisión.
Tengo que dejar de escribir sobre nosotros, canciones que escuchan todos y nunca vas a escuchar...
Por
eso, no abuses de mi inspiración, estos son los últimos versos que
te escribo.
Hay caprichos de amor que una dama,
no debe tener...
Y
ojalá que cuando vuelvas, si decidís a volver, vuelvas con la
frente en alto para que me puedas ver.-