miércoles, 6 de agosto de 2014



Mi intención no es armar un juego,
no me gustan esas cosas,
si al fin y al cabo 
siempre acabo perdiendo. 
Tampoco quiero empecinarme en que vos seas el perdedor esta vez, 
pero sé que sin querer comencé a sembrar la duda en tu cabeza, y te arrastré hacia mi tablero de ajedrez.


jueves, 22 de agosto de 2013

76 días conté, aguanté...

(sin saber casi nada)

Y al día 77 aflojé...

 (al menos no me sentí una tarada)



...pero no me conformé.

(me espera una noche de lluvia en la almohada)


lunes, 22 de julio de 2013

"Si me robo algunas frases de aquellas canciones que escuchamos lo hago para decirte cuanto yo te extraño"



Y si me como la cabeza por las noches, solamente digo: lo hago para tenerte un rato más conmigo.



Voy viajando,imaginando, todo lo que voy pensando, mi cabeza vive en otra realidad

tu imagen cruzando mi cuarto, mis ojos que observan tus pasos,
de pronto por algo que decís, me río y me haces sentir feliz,
 pero intento tomarte en mis brazos y veo que solo estás en mi mente 
¡Qué difícil bajar y poder sonreír! Almohada que atrapa mis sueños, tu alma que siempre se escapa.


Era la hora de huir, y se fue sin decir “llámame un día”, y no hallé quién de ti me dijera ni media palabra.

Garabatos en mi anotador, recordando el tono de tu voz... La espera me agotó, no sé nada de vos, no tengo noticias tuyas y ya perdí la razón.

Necesito ver su cara, tanto como ver la lluvia, para apagar el incendio que quedó.

Pasa el tiempo y te idealizo máspreguntándome por qué te escondiste y para dónde irás
Sé que no he de perdonarte que 
no me hayas vuelto a mirar a la cara.

Si no te siento y me hace mal, es porque soy sensible a la insensibilidad. 


Canciones tristes, poesía cruel, y ese sentimiento siempre a flor de piel. Como un ciego al fuego quiero ir, y ese fuego ya no es para mí.


Hoy tanta gente, hoy desconfía de vos, sin embargo, hoy te quiero más; y ya no me encuentro preguntándome ¿por qué? Por fin entiendo de una vez el porque sí; porque te vi, te dejé entrar, 
cerré la puerta y te elegí.


Ojalá supiese andar más abrigada de tu olvido siempre que te nombran, ojalá pueda poner en penitencia mi paciencia para no esperarte


Sin embargo puedo ponerme digno y decir 
toma mi dirección, cuando te hartes de amores baratos, 
de un rato me llamas

Pero como un barco sin la vela ni el motor, una hoja en el viento sin control, vas dejando ir los días sin historia. El tiempo no va a esperar tu decisión... Y no alcanza la brisa de hoy a empujarte hasta donde estoy, se precisa más que un huracán, una especie de gran aluvión.


Un naipe sobre la mesa, me carteo una ilusión, grito "¡truco!" a los recuerdos, "falta envido", y faltás VOS
Y te tendré que dejar escapar, sé que lo voy a lamentar, pero te digo, amor, que hay que saber cuando parar...

Fuiste mi mejor poesía, fuiste mi mejor canción, si el verbo está en pasado, no fue por mi decisión. 

Tengo que dejar de escribir sobre nosotros, canciones que escuchan todos y nunca vas a escuchar...

Por eso, no abuses de mi inspiración, estos son los últimos versos que te escribo.

 Hay caprichos de amor que una dama, 
no debe tener...




Y ojalá que cuando vuelvas, si decidís a volver, vuelvas con la frente en alto para que me puedas ver.-




lunes, 29 de octubre de 2012


A mi también me arrastró el viento, 
el sol ahora me quema, 
de vez en cuando nieva y eso hiela...
 La lluvia y el rocío también rozan mi piel...

 No pretendan encontrarme allá, estática y siempre igual,
 quizás a ese punto no vuelva más, 
o al menos ya no en su totalidad...




lunes, 9 de julio de 2012



Siempre espero encontrar las cosas en el mismo lugar y tal cual las dejé. Como si acaso no existiera el viento que las arrastrara, como si acaso el sol no quemara, la nieve no helara, y la lluvia y el rocío no las mojara. El reencuentro es raro otra vez. El exterior todo lo transforma, mientras yo sólo contemplo a la distancia, y no capto los detalles.





sábado, 30 de junio de 2012


Hay algo que no está bien, y quizás eso sea
yo.

Quiero dejar de ser un signo de pregunta.



viernes, 18 de mayo de 2012


Bien... ¿y ahora...qué? ¿Doy un paso más? ¿Espero otro poco? ¿Hice bien en decir/hacer esto? ¿Qué debería hacer? ¿Qué haría otro en mi lugar? ¿Qué hago ahora? ¿Qué quiero ahora? ¿Qué quieren los demás? ¿Qué pensarán si...? ¿Qué pasaría si...? ¿Que hubiera pasado si...? etc, etc...
Algo así pasa todo el tiempo en mi cabeza... Cuestionando todo, dudando de todo. Y por ende, también, haciendo muy poco.

Es por eso que a veces pienso que mi mente es mi peor enemiga...

Pero tal vez sea una conclusión muy apresurada. Ya que, pensándolo bien, hay un rival que le da mucha batalla en esta disputa, o tal vez trabajen juntos en este objetivo que parece ser boicotear mis acciones... Y ese “rival-aliado” es el TIEMPO.

Sí, ese tiempo que se hace manifiesto en relojes y calendarios... Ese tiempo que se encarga de organizar tu vida con números, dividiéndolas en años, días, meses, horas, minutos, etc, etc...
Ese tiempo que de una u otra manera te limita. No te deja ser libre. ¿O acaso nunca te dijeron que “llegaste tarde”, que “es temprano”... O que sos chico para tal cosa, o que estás viejo para tal otra?
El tiempo está siempre presente en todo momento de nuestras vidas, y todo está ordenado, centrado en torno a ese eje. Horarios de estudio, horarios de trabajo, de encuentros, de comidas, plazos, períodos, vencimientos... y podría pasarme toda la madrugada enumerando cosas como éstas.

Pero además de ordenar nuestras rutinas, que a veces tanto nos fastidian, o quizá ya estemos acostumbrados, también influye en todo lo demás. El tiempo parece juzgarlo todo. Seguramente habrás sentido muchas veces que el tiempo se lleva muchas cosas, que nada es eterno, que las cosas cambian, que a veces no haber hecho algo en un “cierto tiempo” te imposibilita otras cosas después, al igual que las acciones “apresuradas” y tantas infinidades más. Parecería que hay un “tiempo estipulado” para todo. Y creo que no debería ser tan así, lo que sí sé es que sea como sea no se puede parar el tiempo y mucho menos hacerlo retroceder. El tiempo que se perdió, se perdió. Lo que se hizo, hecho está. 

Pero aún conciente de todo esto, incontables veces me detuve a pensar en el pasar del tiempo, y sin embargo, ahí sigo, inmovilizada, mirando correr al reloj...

Quizás no soporte que le ponga ese límite a mi “libertad”, tal vez no soporte saber que es algo cuyo control esté fuera de mi alcance, quizás me enoje que el control esté en algo externo, medido, y tan “perfecto”, tal vez quiera romper con todos esos esquemas, quizás no soporte cumplir reglas, pero sin embargo, como todos, me someto a ellas. Lo sufro, pero me someto al fin.

Si pudiera tener un tiempo totalmente mío, de seguro sería tan ciclotímico, complejo, desordenado, desprolijo, y heterogéneo como yo.


Si por mí fuera, algunos días tendrían más horas, otros terminarían más temprano. Cosas se darían rápido, otras quizás más lentas. Cosas que duran mucho quizás se volverían efímeras... Y el famoso “lo bueno dura poco” tal vez no se cumpliría...


De todas formas, creo que toda cosa tiene su "lado negro" y su "lado blanco". Y así también, el tiempo debe tener sus cosas buenas.

Por eso aclaro, no es que lo vea todo oscuro, sino que, al menos hoy, mi vista se dirige al medio vaso vacío.