domingo, 18 de septiembre de 2011


Siempre me gustó el turismo, viajar dejando sólo huellas sutiles en cada camino.
No permanecía mucho tiempo en cada lugar, aunque a algunos cada tanto los solía frecuentar. Pero si tan sólo voltearas tu mirada hacia mi cara, y por mis ojos contemplaras al menos algo de mi alma, te darías cuenta que no lo tengo todo, que en el fondo algo escondo, que no soy feliz del todo. Y si al comprender esto me dieras la mano, rompería todos los pasajes y me instalaría en tu cueva, por más oscura y enigmática que sea.







martes, 6 de septiembre de 2011


No, no puedo estar sintiendo esto... ¿Dónde carajo dejé mi armadura? ¿En qué momento y con qué fin me la quité? Debo encontrarla antes de que sea demasiado tarde, antes de que tus encantos en mis adentros encuentren anclaje. Lo reconozco, no siento coraje, pero al fin y al cabo, ¿qué es el temor?, ¿qué es el amor? No lo sé... yo sólo quiero volver al cascarón.


sábado, 3 de septiembre de 2011


Y entré a ese lugar, las luces encandilaban, de a ratos mutaban, mucho ruido, nada cómodo para mis oídos, pero todos parecían estar contentos. Me detuve a ver una por una la sonrisa de aquellos que se encontraban a mi alrededor, lo mucho que se divertían, lo feliz y despreocupada que parecía su vida. ¿Acaso yo sola me sentía desencajada allí? ¿Acaso yo era la única que no podía sonreir? ¿Será que soy muy diferente al resto de la gente? ¿Será que no logro liberarme de este complicado pensamiento? ¿Será que nunca voy a ser como ellos? Pero entre tantas dudas, hay algo de lo que estoy segura, y es de que tampoco quiero serlo.



jueves, 1 de septiembre de 2011

-



Basta de armar castillos de arena en el aire si tan sólo una pequeña brisa alcanza para derrumbártelos, basta de depositar tantas ilusiones y demás sentimientos en cosas que corren más rápido que una liebre en el campo, basta de entregar tu corazón entero como si fueras a recuperarlo con tan sólo desearlo. Nadie te devolverá el tiempo perdido, si te pierdes nadie te sacará de allí. Te aconsejo, no confies en nadie... ni siquiera en mí.

-




Tengo un nudo en el pecho que cuanto más tiran de sus extremos, más aprieta;
a la derecha, la alegría,
a la izquierda, la pena;
es que lo mismo que me llena de vida es aquello que me envenena.